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De los nuevos ataques a la educación pública

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jlarostegui:
Hola:

En estos días hemos mantenido un interesante intercambio de tweets varios colegas interesados con la educación: Verónica Reyes, profesora de lengua y literatura en Ceuta, Ramón Flecha, de sociología en Barcelona, Luis Ibáñez, de música en Almería,  y yo mismo, también de música, en Granada. Abro este hilo para poder tratar con mayor espacio y compartir con más colegas de la AMIE, por si resulta de interés.

Preguntó Luis nuestra opinión sobre el artículo de Mariano Fernández Enguita publicado en El País titulado "La Educación Banalizada" http://t.co/RJZtSsVMa propósito del documental "La Educación Prohibida" http://www.educacionprohibida.com/. La conversación fue por dos derroteros, uno sobre la necesidad de aportar evidencias a cualquier afirmación que se hace en ciencia y la otra sobre el contenido propiamente dicho del documental. Este segundo asunto es el que me gustaría desarrollar aquí.

En mi opinión, el documental es otro ataque  a la función compensadora de la educación pública. Se parte de un hecho que supongo todos compartimos: la educación pública, tal como se concibió en el S. XIX, ya no sirve, se ha quedado en gran parte obsoleta. A partir de aquí, el documenetal hace una construcción de un modelo educativo basado en un cientifismo psicológico y en modelos de actuación consolidados (como Freire, Montessori…), dejando de lado cualquier aspecto relacionado con el contexto social de los estudiantes, aspecto que, si no recuerdo mal, sólo se menciona un par de veces en el documental. El resultado: con la excusa de la obsolescencia del modo de funcionamiento de la educación pública, se pretende anular su piedra angular: la compensación de las desigualdades sociales.

Xurxo Torres escribió en su muro de facebook a este respecto que, en su opinión, "La educación prohibida" va a por la escuela pública. Yo matizaría esta afirmación diciendo que lo que quieren cargarse es la esencia de la misma, esa función compensadora, lo que viene a ser casi lo mismo, aunque con matices sobre la obligatoriedad (que no se cuestiona) y la gratuidad (que no se menciona, aunque resulta llamativo cuánto centro privado sale en el documental). En su "muro" de facebook puede verse su reflexión y los comentarios de otros muchos colegas. También resulta interesante  este artículo publicado en el periódico argentino La Nación http://t.co/tEoYnZDXal respecto.

Lo que más me gustaría destacar es que no creo que este documental sea un ataque aislado hacia la educación pública, al menos no puedo evitar acordarme de la iniciativa "Teach for all" http://www.teachforall.org/y las subsecuentes ramificaciones en numerosos países que, en el caso de España, se denomina "Empieza por Educar" http://www.empiezaporeducar.org/. En septiembre tuve la oportunidad de escuchar una ponencia de Daniel Friedrich, profesor en la Universidad de Wisconsin en Madison analizando la propuesta estadounidense y la de su país de origen, Argentina, y muchas cosas me llamaron la atención, como el programa de formación del profesorado de estas iniciativas que, tras unas pocas horas de formación te convierten en profesorado de "excelencia", aunque la que aquí viene al caso es el concepto que defienden de "neoliberalismo desde abajo" como principio de desarrollo de sus programas educativos, argumentando que si se aplican "desde arriba", también hay que hacerlas "desde abajo". Creo que fue en el 2001 cuando Ramón Flecha y Victoria Miquel hablaron por primera vez de globalización desde arriba (la neoliberal) y desde abajo (la dialógica), de modo que este programa lo que hace es quitar la globalización desde abajo para implantar los principios de la globalización desde arriba también en este otro ámbito.

Esto es lo que veo en común entre este documental y el "Teach for all" y demás programas satélite: la eliminación o relegación del contexto sociocultural a un segundo plano y la aplicación de programas de "excelencia", los mismos para todo el mundo, como solución a los problemas de fracaso escolar que actualmente tenemos como si dicho fracaso proviniera de esas políticas compensatorias escolares.

Veo, en suma, la aparición de una serie de estrategias encaminadas la implantación a nivel micro de estas políticas globales neoliberales en educación que atacan al corazón de la educación pública al negar las circunstancias socioculturales que tanto influyen en los resultados académicos y en lo que los y las estudiantes aprenden en nuestras escuelas.

José Luis Aróstegui Plaza

Ramon Flecha:
Muchísimas gracias a José Luis por animar este debate en twitter y ahora, todavía mejor, plantearlo con más posibilidades de argumentación en este foro.
Primero aclaro que no he visto el documental y, por lo tanto, no puedo hablar sobre él. La verdad es que, en los días que han pasado desde el debate en twitter, he preferido releer y debatir “The Negro American” (Parsons), y leer (y debatir) “El amor a distancia” (Beck y Beck-Gernsheim).
Uno de los twits (de Rosa Mª Torres) enviaba un artículo y decía: “la educación prohibida destroza a la escuela pública y esta crítica destroza la película”. Mi respuesta fue (citando a Luis Ibáñez): “es más fácil destrozar que construir”. Ante la petición de Luis Ibáñez de que leyéramos y opináramos sobre la crítica de Enguita, mi twit fue: “Siempre ha escrito y escribe ocurrencias, sin ninguna base científica, sin ninguna mejora educativa”.
Como bien dice José Luis, la escuela del XIX ya no sirve. Está claro para todo el mundo que hay que transformarla, mejorarla. ¿Qué personas, teorías y prácticas la transforman? Está muy claro: las que logran su mejora, las que la construyen día a día mayores resultados en la superación de la exclusión educativa y social, es decir, en el aprendizaje instrumental y convivencia.
 Las fuentes para lograr esas teorías y prácticas no son la prensa ni las películas (ni tampoco los “intelectuales” que viven del “bla, bla, bla”), sino las investigaciones y publicaciones científicas, las obras de intelectuales de verdad. Ni ese documental, ni las críticas al mismo basadas en ocurrencias van a mejorar nada la escuela.
El debate que nos ha planteado José Luis es de los que necesita la mejora de la escuela y la perspectiva de la globalización desde abajo es realmente transformadora.

Sandra Girbés:
Muchas gracias por abrir el debate José Luis y Ramón,

Después de ver el documental y leer algunas de sus críticas me he animado a realizar una breve reflexión.

1)En primer lugar, no estoy de acuerdo con algunas de las opiniones expresadas en el documental y echo de menos una reflexión sobre la educación como generadora de oportunidades, sobretodo en relación a aquellos colectivos más vulnerables.

2)Por otro lado, creo que algunas críticas que se han derivado ignoran, banalizan y desprecian valores educativos fundamentales que sí aparecen en el documental como: la participación de la comunidad; el diálogo y la inclusión de todas las voces; el amor;  la conexión escuela-entorno; la felicidad; la autonomía en los procesos de aprendizaje o la cooperación.
Freire nos dice que enseñar exige alegría y esperanza. La crítica destructiva nos aleja de estar críticamente esperanzados:

Es necesario que quede claro que la desesperanza no es una manera natural de estar siendo del ser humano, sino la distorsión de la esperanza. Yo no soy primero un ser de la desesperanza para ser convertido o no por la esperanza. Yo soy, por el contrario, un ser de la esperanza que por “x” razones, se volvió desesperanzado. De allí que una de nuestras peleas como seres humanos deba dirigirse a disminuir las razones objetivas de la desesperanza que nos inmoviliza. Por todo esto me parece una enorme contradicción que una persona progresista, que no le teme a la novedad, que se siente mal con las injusticias, que se ofende con las discriminaciones, que se bate por la decencia, que lucha contra la impunidad, que rechaza el fatalismo cínico e inmovilizante, no esté críticamente esperanzada. (Freire, P; 2004. Pedagogía de la autonomía. Saberes necesarios para la práctica educativa. Editorial Paz e Terra. P.34).

3) De mi corta carrera como investigadora (después de analizar actuaciones educativas que sí están aportando resultados positivos y esperanzadores) he aprendido que existen dos mecanismos que nos pueden conducir a la transformación social: la ciencia y el diálogo (cogidos de la mano). Por lo tanto, desde mi punto de vista, cualquier barrera que impida la construcción de una ciencia rigusora y ética y que obstaculice el diálogo nos estará alejando de nuestros objetivos, basados en la búsqueda constante de la mejora educativa.

nano.net:
Gracias por avivar la discusión, práctica tan necesaria (y ausente) en las aulas educativas. Esperemos que otros testimonios empiecen a leerse para que una pluralidad de perspectivas enriquezcan el debate.

La gravedad del ataque a la educación pública no es algo casual. Dentro de la destrucción del endeble Estado social y democrático de derecho que tenemos, es una baza importante demoler el fundamental derecho a la educación pública, con todo el abandono y obstáculo que implica para la conquista de una sociedad libre, reflexiva, comprometida y replicante. Y este ataque se está realizando con políticas educativas del peor neo-liberalismo y ultra-conservadurismo, véase el monstruo de represalia LOMCE y su autoritarismo en la “negociación”. El imperativo del economicismo capitalista (Ver David Harvey) frente a todo conlleva la perversión de la desposesión, privatizar los derechos comunes. Agua, tierra, alimentación, salud, educación, justicia, vivienda hasta un sinfín. La impronta neo-liberal se convierte incluso afín a sobre-estimar las narrativas del "yo", omitiendo y des-culpabilizando las estructuras socio-económicas, simbólicas y culturales que dominan y oprimen a las personas y grupos más vulnerables.

Respecto al refrito audiovisual de la “educación prohibida” intuyo que desgraciadamente tendrá demasiado éxito, pues se acomoda muy bien a las argucias, ilusionismos y flecos estetizantes de los productos "New-Age" y de documentales repletos de recetas y argumentos des-alineados. Pienso que decir una parte, acusar desmedidamente y olvidarse de otras caras es extremadamente peligroso. Considero que una labor imprescindible de maestras y maestros, así como de espacios educativos y universidades es analizar aquellas creaciones con repercusión mediática. Analizar la cultura de masas y sus productos. Más aún todos aquellos masticables para el ojo a los que muchas personas, sedientas de otra cotidianeidad diaria que no alcanzan, abrazarán.

“Más fácil destruir que construir”. Atención colegas, una cosa es ejercitar el salubre ejercicio intelectual del auto-análisis y la crítica, y otra bien distinta es destruir. No comulgo con la crítica total, pero tampoco con la magia de la diosa tecno-ciencia cargada de los ficticios dones del positivismo. Como bien nos ilustraba Juan de Mairena, obra de un Sócrates andaluz y relato a rescatar por aquellos y aquellas que vayan más allá del politicismo o del positivismo (ver http://amieedu.org/debate/index.php?topic=91.0):

 “La finalidad de nuestra escuela es enseñar a repensar el pensamiento, a desaprender lo aprendido y a dudar de nuestras propias dudas, pues ésta es la única manera de empezar a creer en algo”. Y el productivismo y la “alta” velocidad en la que se fatiga la sociedad, la escuela, la universidad y la ciencia deja poco espacio y tiempo para el "que-hacer del arte-sano(a)" o de aquel "racionalismo bien temperado" que proponía el maestro Paco Fernández Buey.

Feliciano Castaño Villar

Gregor Siles:
Hace unos años tuvo mucho éxito un documental sobre física quántica “Y tu que sabes?”, donde hablaban algunos prestigiosos investigadores, y otros que no tanto, pero en el montaje se habían manipulado algunos de sus comentarios a base de cortes y pegas con otros no científicos, convirtiendo el producto final en un film pseudo científico-New-Age. La influencia del documental en el público en general estos últimos años la he notado, en  prensa, radio, televisión y en personas que me he encontrado, que relacionan la física quántica con la espiritualidad y un poder oculto que todos tenemos.

No leo revistas científicas de física quántica, pero por suerte he visto que el impacto de la película ha sido mínimo en lo que comporta a investigación, más que en comentarios de café y poco más en las pausas de los laboratorios.

El problema seria que por ejemplo un ministro de ciencia y tecnología de un país se guiará más por lo que aparece en ese documental, que en las revistas científicas, y por desgracia en nuestro país es lo que ha pasado a veces respecto a las ciencias sociales. Pondré un ejemplo, que no tiene nada que ver con educación (o tal vez sí) pero que creo que puede ilustrar un poco. El gobierno catalán ha hecho responsable de los actos de conmemoración de los trescientos años del 11 de setiembre de 1714 a Miquel Calzada, un conocido showman de la televisión de Cataluña, y el ayuntamiento de Barcelona a Toni Soler, otro showman televisivo que escribió un libro divulgativo-humorístico sobre la historia de Cataluña. Francia en 1989 –bicentenario de la revolución- le dio el encargo a François Furet, un historiador que generó mucho debate por su postura revisionista pero que también realizó aportaciones valiosas y científicas al estudio de la revolución (otro debate que no viene a cuento, es cómo que el gobierno socialista de Mitterrand se lo mandó a un historiador de derechas que en muchos aspectos era muy crítico a los logros de la revolución).  En Estados Unidos en la conmemoración de la independencia en el año 1976, se creó una comisión en la que implicó a toda la sociedad civil y a los historiadores. Tampoco pienso que un acto así tenga que ser exclusiva de la “academia”, y en estos casos de los historiadores, a más multidisciplinar y sociedad implicada  mejor.

Ya se que una cosa es conmemorar y otra cosa es hacer ciencia, pero conmemorar es divulgar y la divulgación también tiene que ser científica. Me gusta leer en diarios como por ejemplo la Vanguardia artículos de Manuel Castells o en el País de Julián Casanova, dos científicos sociales que han realizado contribuciones a la comunidad científica internacional y a la vez escriben en prensa, permitiendo una mayor divulgación de sus temáticas de estudio, pues son dos personas que en sus artículos aunque a veces pueden versar opiniones, normalmente lo hacen en base de sus conocimientos y no argumentan de lo que no saben, e incluso citan autores dentro del marco de lo que permite un diario. Luego también está lleno de charlatanes sabe lo todo y que a veces tienen su impacto en el público en general. Me gustaría pensar que la sociedad y la ciencia cada vez más dejaran en evidencia a estos últimos, y más allá de los artículos científicos cuando leamos un diario o veamos un documental sabremos ver o ir a buscar si nos están vendiendo la moto o estamos ante algo científicamente comprobable.

En historia siempre se consideró a los positivistas a los que daban más peso al dato que a la interpretación, luego vinieron los postmodernos y nos dijeron que la historia no era ciencia porque todo era interpretable. Sin ser positivista siempre he pensado que sólo hay una verdad histórica, percibida de diferentes maneras, pero las cosas sólo pasaron de una manera y cualquier persona que se dedica a la historia a esa verdad  ha de intentar aproximarse (con sus distintas percepciones). Extensible a todas las ciencias, y con un gran responsabilidad  en las ciencias de la educación, una cosa es acercarse a una verdad de hace 200 años (que personalmente me encanta y disfruto mucho) que investigar sobre lo que puede mejorar la vida de los niños y niñas del presente y futuro. Aunque de estos últimos también un día, para que no se olvide su labor, necesitarán de historiadores que lo expliquen.

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