Autor Tema: “Palabra de gitano”,desinformaciones antigitanas y responsabilidad investigadora  (Leído 16488 veces)

Desconectado Ramon Flecha

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Esta semana estuve con varias de las personas más representativas del pueblo gitano en Europa, incluyendo asociaciones gitanas de mujeres. ¡Con qué madura unanimidad expresaban su radical rechazo a ese programa de TV! Muchas de las más de 2 millones de personas que lo han visto habrán creído que conocieron “por dentro” una boda gitana. Las personas investigadoras sabemos que con frecuencia la observación deforma el objeto de estudio. En este caso, la deformación fue total y lo malo es que mucha gente habrá pensado que era un espejo plano de la realidad, creerán que conocen la realidad.
 
Lejos de quejarse solo de la TV, insistían en que además había que analizar y criticar el problema interno de su comunidad, la contribución que algunas personas gitanas habían hecho a esa deformación. Se me dijo que yo también como sociólogo tenía el deber de analizar y criticar a los “investigadores” que presentan como conocimiento investigador sobre su pueblo los mismos prejuicios que difunde la TV añadiendo así “credibilidad intelectual”.
 
“Palabra de gitano” fomenta una visión de ese pueblo como machista y quienes nos dedicamos a la investigación a nivel internacional sabemos que no puede atribuirse una característica negativa a todo un pueblo, tanto porque nunca es verdad como porque perjudica la convivencia entre personas de diferentes culturas. Hay gitanos machistas, payos machistas, gitanos no machistas, payos no machistas. Un investigador gitano analizaba y criticaba en la revista científica RISE (http://bit.ly/XxVcOC) las afirmaciones antigitanas de Mariano Fernández Enguita como, por ejemplo, su afirmación de que “para un niño gitano, por ejemplo, es un verdadero drama someterse a la autoridad de una mujer profesora. Es un drama. Porque en su familia, a lo mejor con doce años, está dándole órdenes a su madre, y no digamos a sus hermanas” (p. 80).

Por mi parte, como catedrático de sociología, tengo el deber de analizar y criticar esas afirmaciones diciendo con claridad que no solo no son sociología sino que la sociología no acepta y condena científica y éticamente ese tipo de afirmaciones. Desgraciadamente, en el contexto del feudalismo universitario español, han llegado a ser consideradas como sociología las ocurrencias y prejuicios de personas individuales. Sin embargo, la sociología mundial nunca ha aceptado ese tipo de afirmaciones como propias y nunca ha tenido como propios los escritos de quienes las hacían. Quienes son citad@s y públicamente reconocid@s por la sociología mundial son sociólog@s, como Marta Soler, que no solo no hacen esas afirmaciones sino que las critican.

La comunidad investigadora educativa de nuestro contexto no cumpliría con la consecuencia que sí tienen l@s representantes gitan@s si se limitara a criticar a los medios no limpiando su propia casa, si no analiza y critica también con claridad a quienes se llaman investigadores los mismos prejuicios que criticamos en esos medios.
« Última modificación: Febrero 24, 2013, 14:24:32 por Administrator »

Desconectado Marcos Castro

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Soy profesor de Secundaria y desde hace unos 9 cursos todo o casi todo mi alumnado es gitano. A las chicos y las chicas las veo cada día, a sus padres y madres muy a menudo, a veces paseo por su barrio (en el que vive algún familiar mío y también algunos de mis amigos de la infancia) y he estado en algunas de sus casas.

He tenido decenas de discusiones con compañeras y compañeros de trabajo sobre si los gitanos son machistas, las gitanas sumisas y todo el folclore que acompaña al que se quiere hacer el enteradillo sobre el mundo gitano. Digo enteradillo (o enteradilla) porque nadie de los que se reafirma en los prejuicios racistas pasa mucho tiempo en mi instituto y, además, ese tiempo suele estar plagado de conflictos. Los niños y las niñas son jóvenes, pero no son tontos y, como los adultos, no soportan que no se les respete.

Los que ya llevamos años, unos con más y otros con menos prejuicios, unos con más y otros con menos conflictos, no dedicamos el tiempo al folclore: bastante tenemos con intentar que el alumnado venga, aprenda y pueda seguir estudiando.

Palabra de Gitano no refleja la realidad gitana, sino lo que los payos racistas quieren ver de los gitanos. Lo mismo ocurre con afirmaciones como esta: “para un niño gitano, por ejemplo, es un verdadero drama someterse a la autoridad de una mujer profesora. Es un drama. Porque en su familia, a lo mejor con doce años, está dándole órdenes a su madre, y no digamos a sus hermanas”. Mucho me temo que ni las personas del programa ni Enguita pasan sus días trabajando con personas gitanas... El drama para una alumno gitano no es tener una profesora, sino no aprender, ni acreditar, ni poder seguir estudiando, igual que cualquier otro alumno. Y, por cierto, para mi alumnado, algunas de sus profesoras han resultado claves para que pudieran seguir estudiando y dibujar un futuro mejor que su presente.


Desconectado Fernando Macías

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A pesar de que la entrada figure sólo mi nombre (ya que soy yo el miembro de AMIE), el siguiente escrito es fruto de las reflexiones compartidas y sentidas de un grupo de jóvenes gitanos y gitanas. Queremos aprovechar la ocasión que se nos brinda en este foro para expresar nuestra opinión en torno al programa "Palabra de Gitano" y a las consideraciones que expresa en este debate el sociólogo Ramón Flecha, así como a la respuesta del profesor Marcos Castro.
El programa "Palabra de Gitano", así como sus predecesores "Callejeros" o "21 días con Samanta", suponen un despropósito para la profesión periodística y una nueva amenaza para la inclusión social de nuestro pueblo, el pueblo gitano. Los motivos por los cuáles sostenemos tal afirmación son los siguientes:

1.   Sendos programas, y muy especialmente “Palabra de gitano”, ofrecen una visión estereotipada, sesgada y morbosa de nuestra gente, con el único fin de conseguir audiencia y perpetuar así los clichés y prejuicios que giran en torno a los gitanos y gitanas de España y del mundo. La comunidad gitana somos una comunidad plural, heterogénea y cambiante, por lo que no se pueden convertir las costumbres o tradiciones de una parte en las de todo un pueblo. Nos gustaría recordar que muchas de las situaciones que vive hoy gran parte de nuestro pueblo son el resultado de siglos de discriminación, racismo, expulsión y genocidio (http://www.gitanos.org/upload/08/03/LeMonde_Los_gitanos__seis_siglos_discriminados.pdf o http://her.hepg.org/content/k6807432592612j3/fulltext.pdf) , por lo que muchos de los prejuicios que giran en relación a nosotros y nosotras tienen que ver con una profunda situación de exclusión y rechazo social y no con nuestra identidad como pueblo. Cuando los y las responsables del programa “Palabra de gitano” muestran lo que para ellos y ellas es la verdad de nuestro pueblo, están retratando las costumbres y tradiciones de una familia, que a buen seguro son las de muchas familias, pero no las de todo nuestro pueblo. Por todo ello, denunciamos públicamente al programa “Palabra de gitano” por incurrir a la verdad y porque sobre todo no nos sentimos identificados ni respetados con las imágenes emitidas.

2.   Somos plenamente conscientes de que la responsabilidad de las imágenes emitidas no es únicamente de los productores del programa o de la cadena en cuestión. Todos aquellos que han participado en este lamentable “circo”, convirtiéndonos en monos de feria, son de un modo u otro responsables de lo que del programa se derive. Por ello creemos necesario analizar y criticar los problemas internos que puedan existir dentro de nuestra comunidad para poder así transformarlos en posibilidades reales que conduzcan a nuestro pueblo a convertirse en los que se merece: un pueblo respetado y con las mismas oportunidades que cualquier otro pueblo.
Sin embargo, queremos recordarles a los y las responsables del programa (y de su emisión) que ellos y ellas son profesionales del periodismo, y como tales se rigen por un código deontológico que deben respetar con celo y rigor. Basándonos en el código deontológico de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España, FAPE (http://www.fape.es/codigo-deontologico.htm), el programa “Palabra de gitano”, así como sus predecesores “Callejeros” y “21 días con Samanta”, incurren en los siguientes principios elementales:
   

   Principio General nº2. El primer compromiso ético del periodista es el respeto a la verdad.
La imagen que se ofrece del pueblo gitano es una verdad sesgada, que oculta expresamente otras realidades de nuestro pueblo con el único fin de obtener altos índices de audiencia y reafirmar los estereotipos y prejuicios que todavía hoy perduran en el imaginario social de nuestra sociedad.

   Principio General nº 5. (…) El periodista debe asumir el principio de que toda persona es inocente mientras no se demuestre lo contrario y evitar al máximo las posibles consecuencias dañosas derivadas del cumplimiento de sus deberes informativos.
Existen investigaciones científicas - como el proyecto europeo del 5º Programa Marco de la Comisión Europea Workaló (http://www.neskes.net/workalo/inici.htm), y otros estudios y encuestas como las encuestas EU-MIDIS de la Agencia para los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (http://fra.europa.eu/en/project/2011/eu-midis-european-union-minorities-and-discrimination-survey) - que advierten de los daños que los prejuicios y estereotipos que versan sobre el pueblo gitano pueden producir en nuestra situación social. Estos peligros giran en torno a problemas en la búsqueda de empleo, así como en los propios empleo; actos de racismo y discriminación frente a autoridades locales o nacionales, como detenciones injustificadas; problemas con el acceso a servicios fundamentales como la salud o la vivienda; o discriminación en el ámbito educativo, o en la participación en espacios de la vida pública. Por ello, la difusión de este tipo de programas contribuye de un modo directo a perpetuar la situación de exclusión social de muchos gitanos y gitanas, y eso es del todo inadmisible, ya que entre otras cosas vulnera los derechos humanos.

   Principio General nº 7.
El periodista extremará su celo profesional en el respeto a los derechos de los más débiles y los discriminados. Por ello, debe mantener una especial sensibilidad en los casos de informaciones u opiniones de contenido eventualmente discriminatorio o susceptibles de incitar a la violencia o a prácticas humanas degradantes.
En propias palabras de la Comisión Europea, del Consejo de Europa y de la Unión Europea  (http://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=COM:2011:0173:FIN:ES:PDF),
”Muchas de las entre 10 y 12 millones de personas de la comunidad romaní  de Europa se enfrentan a los prejuicios, la intolerancia, la discriminación y la exclusión social en su vida diaria. Son marginados y viven en condiciones socioeconómicas precarias. Esto no es aceptable en la Unión Europea en los albores del siglo XXI.”
Además, nuevamente utilizando los resultados de encuesta nacionales (http://www.elmundo.es/elmundo/2011/02/08/espana/1297187689.html) y europeas (http://www.carm.es/ctra/cendoc/doc-pdf/pub/pub-0065.pdf), sabemos que los gitanos y las gitanas somos el pueblo más discriminado de Europa, y que sufre un mayor rechazo por el conjunto de los ciudadanos y las ciudadanas de España y de la Unión. Por tanto nuevamente el programa no respeta este principio deontológico, ya que no muestra ninguna sensibilidad con las informaciones y opiniones que emite, ni con las consecuencias que de ellas se pueden derivar.

3.   Compartimos con el profesor y sociólogo Ramón Flecha, así como con otros investigadores e investigadoras internacionales en Ciencias Sociales que han manifestado opiniones similares a través de publicaciones científicas en las revistas de mayor impacto internacional, que la investigación en ciencias sociales puede y debe generar un nuevo conocimiento científico que parta del dialogo con todos los agentes implicados en la sociedad, entre ellos los y las gitanas (académicos o no), y que sea también el resultado del consenso de la Comunidad Científica Internacional y de evidencias científicas que corroboren la veracidad de dicho conocimiento. Por otro lado, la creación de este nuevo conocimiento sobre el pueblo gitano debe tener un carácter transformador para así poder contribuir a la superación de la exclusión social de nuestro pueblo.
Estamos cansados y cansadas ya de escuchar como la academia continua convirtiendo en conocimiento científico sus prejuicios y estereotipos personales sobre el pueblo gitano. Fernández Enguita, Cavalli Sforza, Okley o el profesor Jeszenszky de la Universidad Corvinus de Budapest, son investigadores e investigadoras que han manifestado argumentos “sociológicos” sobre el pueblo gitano que no eran el resultado de evidencias científicas ni eran compartidos por la Comunidad Científica Internacional, sino que eran pensamientos personales estereotipados sobre el Pueblo Gitano.
Con ello queremos alertan de la importancia que ocupa el sistema universitaria y la academia en la perpetuación de los prejuicios sobre nosotros y nosotras, por lo que nos alegra escuchar las palabras de sociólogos como Ramón Flecha, quién expone que “tengo el deber de analizar y criticar esas afirmaciones diciendo con claridad que no solo no son sociología sino que la sociología no acepta y condena científica y éticamente ese tipo de afirmaciones.”, lo que nos invita a pensar que es posible superar los clichés que desde hace ya tanto tiempo nos acompañan.
Los medios de comunicación, los y las responsables políticas, la investigación, y todos y cada uno de los y las profesionales que puedan perjudicar la imagen de nuestro pueblo, deben saber que les corresponde respetar unos principios éticos fundamentales y que además deben hacer afirmaciones o dar opiniones que se midan por el rigor científico, por las evidencias científicas, por el consenso y diálogo con la sociedad.
Mientras tanto, un grupo de jóvenes gitanos y gitanas, así como el movimiento asociativo gitano, no nos vamos a cansar de denunciar las injusticias que se comentan sobre nosotros, ni de exigir que se nos brinde el mismo trato que a cualquier otro ciudadano o ciudadana del mundo.
OPRE ROMA

FIRMADO
David Cortés (Gitano, miembro de la Asociación Gitana Juventud, Igualdad y Progreso y Estudiante de acceso a la Universidad para mayores de 25 años )
Miguel Ángel Cortés (Gitano, Presidente de la Asociación Gitana Juventud, Igualdad y Progreso y Estudiante universitario)
Esther Fernández (Gitana y Estudiante de acceso a la Universidad para mayores de 25 años)
Ana María Fernández (Gitana y Estudiante de acceso a la Universidad para mayores de 25 años)
Fernando Macías (Gitano, Investigador, Diplomado en Educación y Becario pre-doctoral)
Alfredo Reyes (Gitano y Estudiante de acceso a la Universidad para mayores de 25 años)
Vicente Sánchez (Gitano y Estudiante de acceso a la Universidad para mayores de 25 años)

« Última modificación: Febrero 27, 2013, 13:13:25 por Administrator »

Desconectado tsorde

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Hola, me conecto al Foro y veo que como siempre hay intervenciones muy interesantes. Me han encantado las tres, sobretodo poder leer el resumen de la discusión de clase que ha compartido Fernando Macias. La verdad es que la realidad que refleja este programa no está validado por ninguna investigación seria y rigurosa dentro de los Estudios Gitanos ni de otra area, como tampoco nunca nadie ha demostrado (ni podrá hacerlo porque no es verdad) atribuir a todo niño gitano de 12 años que no puede tener una maestra mujer y a atribuir a toda maestra mujer que no puede hacerlo bien con un niño gitano de 12 años.

Tanto una cosa como la otra, si se dijera de cualquiera de las minorías culturales existentes en Estados Unidos, serían consideradas como una falta de respeto y de racismo muy grave. Recuerdo múltiples ejemplos de cuando estaba haciendo mi tesis sobre mujer gitana en Harvard que por comentarios más leves se encendía una luz roja. Suerte que el pueblo gitano no se ha quedado en silencio esta vez, como tampoco debemos hacerlo desde la ciencia. Las afirmaciones del programa y las de Enguita son totalmente contrarias a cualquier ciencia social.





Desconectado saraortegadelavilla

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Soy maestra en un CEIP. He dado y estoy dando clase a alumnos gitanos de 12 años.  No he tenido ningún problema con ellos  ni ellos conmigo. Es verdad que hay niños de 12 años difíciles de llevar en un aula y entre ellos los hay de todas las culturas, no solo gitanos. Lo que escribe Enguita no es teoría ni ciencia ni investigación sino prejuicios no admisibles en una educación no racista, no es verdad que un alumno gitano de 12 años no pueda tener una mujer maestra. También es un prejuicio no admisible en una educación no sexista, no es verdad que las mujeres maestras no seamos capaces de dar clase en las aulas donde hay niños gitanos de 12 años.

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El Presidente de la ISA (International Sociological Association) ha dejado muy alto el prestigio científico y ético de la sociología en una rueda de prensa, al final pongo el link de la versión que ha hecho la agencia EFE.
No podemos mejorar la educación sin rechazar clara y públicamente las ocurrencias de quienes aquí presentan sus propios prejuicios y estereotipos como si fueran investigación o sociología.
http://noticias.terra.es/ciencia/abogan-por-aumentar-el-dialogo-de-medios-de-comunicacion-con-el-pueblo-gitano,c7a852c232a4d310VgnCLD2000000dc6eb0aRCRD.html
Rocío García Carrión, Investigadora Marie Curie. University of Cambridge

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Como coordinadora del grupo de multiculturalidad, espero poder continuar la discusión iniciada en este foro en los dos días que tenemos por delante. Os avanzo que algunas de las personas que han participado en esta discusión estaran presentando sus trabajos en CIMIE13, como Jelen Amador, una de las que protagonizaron la rueda de prensa que se menciona en la intervención anterior. Ella es una gitana licenciada en derecho e investigadora del Centro de Estudios Gitanos que está analizando el potencial transformador del culto desde la perspectiva de género, siguiendo las lineas internacionales de las investigaciones de más calidad en el ámbito de los Estudios Gitanos.